Breguet, una Historia escrita a través de Personajes Ilustres

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Estamos otra vez de vuelta. Muchos seguro que habéis pensado que ya no habría más entradas. Pero no, os habéis equivocado!!! Aquí estamos otra vez de vuelta con uno de los grandes maestros de la relojería como es Breguet.

Comenzamos el 2016 presentando una exposición que ha tenido lugar en la Cité du Temps de Ginebra (Pont de la Machine). La marca relojera invitó a explorar el universo de personalidades que han marcado su historia.

Cartel exposición

Esta organizada según sus valiosos archivos, en los que se recogen todas las ventas de relojes Breguet, desde 1787 hasta nuestros días, «Breguet, una historia escrita a través de personajes ilustres» traza los extraordinarios vínculos que unieron a la casa relojera con ciertos personajes, escritores o compositores célebres.

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En 1775 Abraham-Louis Breguet abrió su taller de relojería en Ile de la Cité, en París. Poco después los hombres más ilustres acudían para adquirir sus valiosos relojes. A.-L. Breguet no sólo supo estar a la altura de las exigencias de sus distinguidos clientes, sino que también inspiró a los autores más famosos, quienes no dudaron en citarle en sus obras. El entusiasmo por las creaciones de Breguet jamás cesó en toda su historia. Hoy la casa relojera presenta un recorrido dedicado a nueve emblemáticos personajes, que contribuyeron a su desarrollo y que siguen siendo una valiosa fuente de inspiración.

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María Antonieta fue una de las primeras y más fervientes admiradoras de los relojes de Breguet. Adquiría sus creaciones para su uso personal y no dudaba en elogiar el talento del maestro relojero en la corte de Francia y las personas de su entorno. Además fue ella el motivo de que Breguet diseñara el reloj N. º 160, conocido como «María Antonieta», un reloj que reunía todas las complicaciones relojeras que se conocían en la época, y que desgraciadamente la Reina jamás llegaría a ver, ya que la fabricación no finalizó hasta 34 años después de su muerte. Ya fuera para uso personal o para favorecer sus campañas militares, Napoleón Bonaparte, también adquirió diversas creaciones de la firma Breguet, con una clara preferencia por los relojes de repetición. En estos prestigiosos relojes él veía un símbolo de estatus social y político, que estaba estrechamente relacionado con el poder que codiciaba.

MARIE-ANTOINETTE N°1160

En 1798, unos días antes de partir a Egipto, Napoleón compró a A.-L. Breguet el reloj de carruaje N. º 178, que incluía la función de repetición de cuartos.En plena etapa de conflictos napoleónicos, Turquía, todavía aliada de Francia, resultó ser un mercado interesante para A.-L. Breguet. Los contactos mantenidos con el embajador turco en París constituyeron una valiosa fuente de información sobre los usos y gustos de esta nueva clientela. Así Breguet diseñó una serie de relojes conocidos como «turcos», fabricados especialmente para el mercado otomano. Una de las piezas estuvo destinada al sultán Selim III, quien más tarde encargó una réplica.

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Por otro lado, Caroline Murat que se cuenta entre los clientes más fieles de A.-L. Breguet, entre 1808 y 1814, le encargó no menos de treinta y cuatro relojes. La joven hermana de Napoleón I, que accedió al trono de Nápoles en 1808, era defensora de las artes y no dudaba en elogiar los méritos de Breguet. Fue por encargo suyo que el maestro relojero fabricó en 1810 el primer reloj de pulsera de la historia.

Desde 1801, Breguet también cosechaba un gran éxito en Rusia. No obstante la casa relojera se vio obligada a cesar sus exportaciones, cuando el zar Alejandro I prohibió la entrada de productos franceses en su territorio, debido a las políticas napoleónicas. Sin embargo aquello no fue impedimento para que el monarca visitara con absoluta discreción el taller de A.-L. Breguet, en Quai de l’Horloge. Este influyente personaje histórico daría su nombre al reloj Classique «Réveil du Tsar», un reloj contemporáneo excepcional con función despertador e indicación de un segundo huso horario. Asimismo en Rusia, Aleksander Pushkin, el escritor más notable escritor de la nación, criado en el seno de una familia de la antigua nobleza que manifestaba una pasión particular por la Casa Breguet, de la cual eran clientes, también incluyó los relojes de Breguet en los pasajes de su obra Eugenio Oneguin: «Un dandi pasea tranquilamente por los bulevares (…) hasta que su Breguet, siempre alerta, le recuerda que es mediodía». Mientras que en Francia fue el célebre novelista Honoré de Balzac, quien enalteció los relojes Breguet en sus obras, como en Eugenia Grandet, donde escribió: «…— Extrajo el reloj plano más delicioso de los realizados por Breguet. —. Vaya, pero si son las once, qué madrugador he sido». Una admiración que ahora es a la inversa, ya que en la actualidad, es la Casa Breguet la que rinde homenaje a estos grandes autores mediante su línea de instrumentos de escritura. Pero los escritores no fueron los únicos artistas que apreciaron el estilo y la maestría relojera de Breguet. La casa también ha contado entre su clientela con grandes compositores como Gioachino Rossini, que poseyó durante toda su vida el reloj N. º 4604, un reloj muy pequeño y sencillo, con calendario, caja de oro con decoración guilloché y esfera de plata descentrada, que según los archivos de Breguet, Rossini lo llevó a la casa relojera en 1843 para que lo revisaran, mientras que tras su muerte en 1868, su viuda continuó acudiendo, para el mantenimiento de la pieza. En 2010 Breguet se inspiró en sus vínculos históricos con Rossini para crear una pieza original, el reloj Classique «La Musicale». Con un mecanismo musical patentado, que reproduce la melodía de la Gazza Ladra, una ópera del célebre compositor italiano.

Una relación que no puede olvidar al Primer Ministro, Sir Winston Churchill, al que se le conoce sobre todo por su relevante papel durante la Segunda Guerra Mundial, quien acudía con regularidad a la Casa Breguet, unas veces para hacer compras, como en 1928, y otras, las más frecuentes, para el mantenimiento del reloj que llevó durante toda su vida: el Breguet N. º 765, un excepcional cronógrafo de repetición de minutos y segundero ratrapante. Desde María Antonieta a Winston Churchill, pasando por Napoleón Bonaparte y Alejandro I de Rusia, son muchos los hombres y mujeres ilustres del mundo que han llevado un Breguet, mientras que la Literatura ha consagrado sus relojes como objetos míticos. Con el paso de los siglos, la Casa Breguet se ha impuesto como sinónimo de belleza, cultura, lujo y creatividad. Abrir sus registros es adentrarse en la Historia y descubrir aquellos nombres célebres que han dejado huella en su época y en sus respectivos ámbitos, incluyendo los que hoy forman parte de la actualidad pero que por discreción, Breguet mantiene en estricta confidencialidad.

Enlace con la web oficial

www.breguet.com

 

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